Tras unos duros años en los
que apenas se vestía de luces y actuaba en contadas ocasiones, pese a levantar
cierta expectación tras su alternativa, el espigado matador cordobés José Luis
Torres hará mañana domingo el paseíllo en la plaza de toros de Montoro, en el
que será su regreso a nuestra provincia de la mano de Tauro Cerro, la empresa
cordobesa que el pasado año tomó las riendas de su carrera profesional con el
firme objetivo de convertir a Torres en figura del toreo. En Subbética Taurina aprovechamos este "regreso" del diestro cordobés para hacerle la siguiente entrevista.
-¿Recuerda la primera
vez que dijo aquello de “yo quiero ser torero”?.
-A principios de 1999, cuando ingresé en la Escuela del
Círculo Taurino creyendo que era sólo un juego y que la meta que me proponía
era algo muy complicado.
-¿Cuándo fue la
primera vez que oficialmente se puso delante de un becerro?.
-Varios meses después de ingresar en la Escuela, unos amigos
de mis padres compraron una becerra y la echamos para probarme. Ese mismo año
debuté en la becerrada en homenaje a la mujer cordobesa y en el año 2000 debuté
de luces y poco a poco me fui involucrando más en la profesión.
-Al principio no les hizo mucha gracia. Mis padres son
aficionados y en mi casa siempre se ha vivido el mundo del toro desde esa
perspectiva de aficionado. Por eso cuando me apunté a la Escuela Taurina y
vieron que la cosa iba en serio, al principio no les gustó mucho pero vieron
que era mi ilusión.
-Fue en 2003, en la Feria de Córdoba y para mí fue una fecha
de mucha responsabilidad. Efectivamente junto a David Galán, mi otro compañero
de cartel fue José María Manzanares, del que ahora me da sana envidia de ver
que la posibilidad existe, que los dos arrancamos a la misma vez y ojalá yo
pueda compartir en un futuro no muy lejano con él un cartel.
-Recuerdo algunas palabras, no el diálogo concreto porque
era un día de mucha responsabilidad y venía a Córdoba con una cogida que había
sufrido en Granada tres días antes en mi última novillada, por lo que venía un
poco fastidiado, pero sabía que era un día muy especial y que no podía dejar
pasar la oportunidad.
Sí recuerdo que el maestro Ponce me deseó toda la suerte que
él había tenido en la profesión y que sabía el esfuerzo que estaba haciendo ese
día por estar ahí.
-Son momentos muy duros y tal vez sea la parte más
desagradable de la profesión, aunque también te hacen madurar y te curten como
torero. Son instantes en la plaza muy rápidos en los que no te das cuenta de lo
que ha pasado, ya que con la adrenalina y la tensión del momento no te das
cuenta. Pero cuando te pones de pie y sobre todo cuando llegas a la enfermería,
comienzas a ser consciente de lo sucedido, sobre todo por el miedo a lo
desconocido.
-Bueno, las cornadas que he recibido me sirvieron como una
experiencia más y para darte realmente cuenta de que esto no es un juego, sino
que es muy real, y que las personas que van al tendido no está viendo nada
ficticio ni fingido. Como profesional, cuando te ocurre un percance de este
tipo tomas conciencia, más si cabe, de que en juego hay muchas cosas.
En mi caso particular, no me afectaron, ya que el torero
está muy mentalizado y es consciente de que eso puede ocurrir, por lo que
cuando pasa, lo tomas de una forma normal y natural.
-Tras tomar la alternativa tuve un bache, porque la empresa
que me llevaba, por diferentes circunstancias, no me dio la continuidad que en
ese momento requería mi carrera, así que decidimos esa misma temporada cortar
nuestra relación. A partir de ahí vinieron unas temporadas muy duras, en las
que toreaba muy poco y llamaba a muchísimas puertas, que no se abrían. Aún así,
yo creía en mis posibilidades, creía que lo que yo llevaba dentro si me daban
las oportunidades y sobre todo, continuidad, podría funcionar, y gracias a Dios
el tiempo, por ahora me está dando la razón.
-Un torero sin torear es algo muy complicado, pero creo que
supe asumir el momento que me tocó vivir, creí en mí desde el primer momento y
sabía que no podía arrojar la toalla, pese a que la situación era muy difícil.
Por supuesto, siempre conté con el apoyo de mi familia y mi Peña, que siempre
han estado ahí empujándome y en los momentos de bajón son los que han hecho que
tirara para adelante.
-En primer lugar no tener nada. Ellos me ofrecieron dos
corridas de toros y ver cómo funcionaba la cosa, ya que ellos tenían cierta
incertidumbre sobre si yo iba a estar al nivel de lo que exige hoy día el
público debido al tiempo que estuve sin torear. Pero precisamente durante esos
tres o cuatro años en los que toreaba festivales o una corrida al año, me
mentalicé y prepararé como si las temporadas fueran de muchos festejos, por lo
que cuando llegó la oportunidad, que llegó de golpe y porrazo y sin esperarlo,
yo me encontraba preparado y supe que era el momento de relanzar mi carrera y
los resultados, creo que me han dado la razón.
-Ahora mismo me encuentro en un momento desbordante de
ilusión y de capacidad, porque me encuentro feliz y veo que las cosas que
pienso y siento delante del toro están saliendo. El año pasado fue par mí
increíble, creo que la mejor temporada de mi vida, sin olvidar que estoy en una
etapa mucho más madura, porque cuando las oportunidades te llegan sin
valorarlas, crees que es lo normal, y precisamente lo normal en esta profesión
es que es muy complicado torear. Por eso cuando ves que el pasado año actué en
11 corridas de toros y dos festivales, que corté 24 orejas y un rabo, llegas a
la conclusión de que son números que hablan de la regularidad que ahora tengo,
algo que si no me hubiera cogido preparado y mentalizado, no hubiera podido
aprovechar la oportunidad y seguramente no estaríamos a las puertas de la
temporada que este año se presenta.
-En principio tenemos previstas cuatro o cinco corridas de
toros en primavera, pero nuestro principal objetivo este año es Madrid, una
plaza fundamental, porque creo que es el momento idóneo en mi carrera para
poder afrontar este compromiso, porque me encuentro con una ilusión y unas
ganas tremendas de pisar esa plaza de toros, que es la que pueda dar un empujón
o solucionar mi carrera. Aún así, y con los pies en el suelo, yo personalmente
mis objetivos me los planteo a muy corto plazo, corrida a corrida, y no me
gusta pensar en lo que pase más allá del día 21 en Montoro, porque en esta
profesión no puedes fijarte proyectos de futuro, ya que tienes que dar la cara
todos los días para que luego llegue esa recompensa.
-Soy el menos indicado para hacerlo, pero practico un toreo
clásico, muy cordobés, ya que me siento muy cordobés y siento el legado de
nuestra tauromaquia.
-En ningún momento, porque creo que si te arrepientes de
algo es porque realmente no lo sientes y lo has hecho por otras circunstancias.
Creo que la vocación que sientes desde pequeñito, pese a que no eres consciente
de las dificultades y todo lo que supone este mundillo, marca tu vida, como ha
ocurrido en mi caso, por lo que jamás me he arrepentido de elegir mi profesión,
porque me ha dado grandes satisfacciones y esperemos que un futuro no muy
lejano siga aportándome esa plenitud personal, casi inexplicable, que alcanzo cuando
toreo.
-Cada plaza y cada público tienen su personalidad. Torear en
Sevilla o en Madrid es un auténtico lujo y una experiencia única, pero en mi
caso Córdoba me ha marcado mucho porque en su plaza debuté como becerrista,
con caballos y tomé la alternativa, por lo que toda la vida taurina ha pasado
por Los Califas, y gracias a Dios con buenos resultados.
-Exigente con sus toreros, porque no traga con cualquier
cosa. Pero cuando las cosas se hacen bien, se entrega como el que más. En
definitiva, como en cualquier otra plaza, cuando se capta la verdad del toreo y
lo que está ocurriendo en el albero, el público cordobés se entrega y disfruta.
-La mayoría de las plazas de Primera suelen ser plazas de
temporada, con una feria y un miniciclo durante verano o septiembre. En
Córdoba, durante los últimos años los festejos se están limitando a la Feria de
Mayo y reduciéndose debido a la crisis. Desgraciadamente
para nosotros, los huecos en los carteles son muy pocos y el público quiere ver
a las figuras, por lo que es muy difícil contentar a todo el mundo, siendo los
toreros de Córdoba los más perjudicados. Aún así, siempre que se ha apostado
por toreros cordobeses, hemos dado la cara poniendo toda la carne en el asador
para que todo saliera bien, y creo que nunca hemos defraudado ni a Córdoba ni a
la gente que ha apostado por nosotros.
-Hasta hace pocas fechas sí que ha habido contactos ya que
se tenía interés por confeccionar un cartel con toreros y ganaderías de la
tierra, pero finalmente, por unas razones y otras, no ha cuajado la idea. Nosotros lo
único que podemos hacer es estar preparados para que cuando llegue la
oportunidad no defraudarlos, ya que pueden estar seguros de que lo daremos
todo.
-Afronto todos los compromisos como si fuera el último, pero
no puedo olvidar que el de mañana es mi regreso a la provincia en esta nueva
etapa, por lo que la responsabilidad es doble, ya que soy consciente de que los
triunfos conseguidos durante la pasada temporada han levantado mucha curiosidad
e interés entre los aficionados, que se desplazarán a Montoro para constatar
esa regularidad.
Por otra parte, estoy seguro de que las cosas saldrán bien,
porque me encuentro en un momento muy bueno, por lo que quiero aprovechar la
ocasión para invitar a todo el mundo a que se desplace a Montoro, porque creo
que será una tarde muy bonita.
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