FICHA DEL FESTEJO:
Ganado: dos toros de La Quinta (primero y cuarto); dos de Fuente Ymbro (segundo y quinto); y otros dos de Núñez del Cuvillo (tercero y sexto). Todos, a excepción del escurrido tercero, de muy buena presentación y juego desigual, destacando Soplón, de Fuente Ymbro, de 501 kilos, herrado con el número 179, lidiado en quinto lugar y que fue indultado, y el encastado cuarto, de La Quinta, que recibió una vuelta al ruedo, siendo aplaudidos en el arrastre primero, también de La Quinta, y segundo, de Fuente Ymbro.
Finito de Córdoba: pinchazo y estocada (una oreja); estocada (una oreja con fuerte petición de la segunda); y no entró a matar al indultarse su tercer astado (dos orejas y rabo simbólico tras dos avisos).
Daniel Luque: pinchazo, media estocada, pinchazo y estocada caída y contraria (saludos desde el tercio); estoconazo (dos orejas); y estocada (una oreja).
Plaza: Cabra. Media entrada con el aforo permitido en tarde de temperatura agradable. Primeros de los dos festejos programados con motivo de las fiestas en honor a María Santísima de la Sierra. Una vez finalizado el paseíllo se guardaba un minuto de silencio por el fallecimiento del aficionado egabrense Antonio Piedra “Chamaco”. El subalterno Raúl Caricol, de la cuadrilla de Daniel Luque, fue atendido de una luxación en el codo que se produjo tras banderillear al cuarto de la tarde.
El idilio de Finito de Córdoba y las reses del ganadero cordobés Ricardo Gallardo prosigue tras el indulto de ayer domingo en Cabra de Soplón, ejemplar de Fuente Ymbro, herrado con el número 179, y al que se le perdonó la vida en el primero de los festejos organizados con motivo de las fiestas en honor a María Santísima de la Sierra.
Como reza el dicho, no hay quinto malo, y después de una tarde que ya discurría por los cauces del éxito, saltaba al ruedo este Soplón, magníficamente presentado para una plaza de 3ª categoría y que en los primeros tercios únicamente evidenció cierta falta de fuerzas. Pero fue llegar a la muleta y la experiencia y conocimiento que Juan Serrano atesora con este hierro ganadero fueron más que suficientes para que, tanda a tanda, la faena, sin ser redonda, calara en los tendidos de tal manera que en el ecuador de la misma ya se escucharan desde los tendidos las primeras peticiones de indulto, que se fueron acrecentando a medida que Finito comenzó a torear con la derecha exigiendo al toro que, ahora sí, demostró una fijeza sin parangón. Primer aviso, gestos desde la presidencia para que el matador ejecutara la suerte suprema y bronca monumental en los tendidos que se incrementó cuando el usía sacó el pañuelo del segundo aviso. Y mientras en el ruedo, Finito y el de Fuente Ymbro seguían en su particular idilio, con tandas por ambas manos y adornos que terminaron por caldear aún más al respetable hasta que finalmente asomó el pañuelo, para satisfacción de la mayoría.
Antes del clímax que se vivió en este quinto de la tarde, queda dicho que el festejo andaba ya por una senda triunfalista, con la oreja de Finito al que abría plaza, un buen ejemplar de La Quinta al que en una faena de una brevedad asombrosa, únicamente el trasteo y cinco tandas, se vieron más y mejores cosas que en la comentada del indulto.
Otra oreja sumaría Finito en el segundo de su lote, tercero de lidia ordinaria, en una actuación correcta, sin más, en la que bastante tuvo con corregir las continuas protestas del escurrido ejemplar de Núñez del Cuvillo.
Por su parte, Daniel Luque perdía con la espada los máximos trofeos tras una gran faena de muleta al primero de su lote, otro bravo y muy bien presentado ejemplar de Fuente Ymbro al que el de Gerena toreó con mucho gusto por el pitón derecho.
Pero donde Luque ofreció lo mejor de su actuación en Cabra fue en el cuarto de la tarde, de nombre Chino y herrado con el 18, un ejemplar de La Quinta que recibiría como premio una más que merecida vuelta al ruedo, al que lanceó con exquisito gusto con el capote, instrumentando con la muleta una actuación basada en las dos manos.
En el que cerraba la tarde, Luque lo intentó por ambos pitones con otro de Núñez de Cuvillo que no dio ninguna facilidad.