Ayer, ordenando unos papeles, apareció, casi como por arte de magia, el cartel que ilustra este post, y que por mor del destino, tiene su enjundia. No en vano, se da la circunstancia de que es el último festejo que se celebró en la más que centenaria plaza de toros de Priego, el 30 de marzo de 2002, decretándose su cierre al público definitivo varios días después, en espera de que se acometieran unas importantes obras que adecuaran el recinto a la normativa actual.
Un cartel que a punto estuvo de que ni siquiera sus integrantes hicieran el paseíllo, ya que tres días antes, Miércoles Santo para más inri, los técnicos municipales denegaron el permiso correspondiente para la apertura de la plaza, alegando motivos de falta de seguridad en una zona de palcos del tendido de Sol, que tuvieron que se acotados.
Tras no pocas gestiones de José Jesús Cañas, por aquel entonces empresario de Priego, el festejo se celebró, con una lluvia de orejas y media entradita, aquel Sábado de Gloria del año 2002.
Tres meses después el Ayuntamiento compraba la plaza a la familia propietaria y ahí empezó una larga historia que ya todos conocéis...
Afortunadamente, hace una semana daban comienzo las obras de la última fase de la rehabilitación y parece ser que, según se baraja, el 28 de Febrero los minícipes, por aquello de que en precampaña todo lo que sea inaugurar cosas dará votos, pretenden abrirla de nuevo al público. ¡¡Ojalá que así sea!!, aunque viendo lo visto en estos últimos nueve años, lo tengo que ver con mis propios ojos.
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