El toro de cuerda ha vuelto a convertirse nuevamente hoy sábado en el gran protagonista de la jornada en Carcabuey, con motivo de las sueltas programadas coincidiendo con la festividad de la patrona alcobitense, Ntra. Señora del Castillo. Un gran número de visitantes procedentes de localidades como Chiva (Valencia), Arroyo del Ojanco (Jaén), y las gaditanas Villaluenga del Rosario y Grazalema, que ha desplazado hasta 250 integrantes de la peña Lunes del toro de Cuerda, han llenado de colorido y una gran animación las céntricas calles de la localidad, en la que desde primeras horas de la mañana se congregaron varios miles de visitantes corroborando el atractivo que este Festejo Popular está adquiriendo.
Y como si de un ritual se tratara, la animada charanga de El Chaché, acompañada en esta ocasión por el afamado dulzainero valenciano Marcial Pierres, realizaron a mediodía el protocolario pasacalles previo al chupinazo que anunciaba la salida del primero de los toros de la jornada, perteneciente a la ganadería Antonio Ramírez Plaza, que no dio excesivo juego, aunque sí algún que otro susto a los corredores debido a sus repentinas arrancadas, al que siguió una vaquilla del ganadero cordobés Eliseo Morán, con la que se pudieron ver las primeras carreras de cierto mérito de la jornada.
Tras el ya clásico toro de cuerda infantil –carretón que hace las delicias de la chiquillería--, nada mejor que una comida campera, en pleno corazón de Carcabuey, en su plaza de España, para reponer fuerzas. Ágape en el que se procedió, por parte del presidente de la federación de peñas taurinas valencianas, Javier Tarín, a la lectura del manifiesto aprobado en el reciente congreso del toro de cuerda, en defensa de la Fiesta en general y los Festejos Populares en particular.
La comida daba paso a una animada fiesta que sirvió de preámbulo a la suelta del segundo toro de la jornada, en esta ocasión perteneciente al hierro cordobés de La Castilleja, de más volumen que el matinal pero que igualmente se apagó muy pronto para desesperación de los corredores, que sí pudieron lucirse en la última vaquilla, perteneciente también a la ganadería de Elio Morán, con la que se ponía un vibrante epílogo a un día lleno de emociones y en el que afortunadamente y con la ayuda de la Virgen del Castillo, todo se desarrolló con normalidad, no registrándose ningún percance ni incidentes dignos de mención.
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