Alrededor de 250 socios y simpatizantes de la peña taurina Curro Jiménez, tomaron parte ayer domingo en la jornada de convivencia que este colectivo celebró en la ganadería cordobesa de Don Ramón Sánchez Recio.
Cuatro autocares y varios vehículos particulares partían a las once de la mañana desde la parada de autobuses de Priego con dirección a Villalobillos, finca emplazada en plena Sierra Morena y donde pastan las reses de esta ganadería cordobesa, que lidió durante la pasada Feria Real de nuestra localidad un magnífico encierro, mereciendo dos de los ejemplares la vuelta al ruedo.
Precisamente, en su plaza de tientas, un tanto particular por su forma cuadrada, Curro Jiménez ha estoqueado desde el pasado mes de febrero varios toros a puerta cerrada, toreando también un buen puñado de vacas, como preparación a lo que será su temporada taurina.
En esta ocasión, los integrantes de su peña tuvieron la ocasión de comprobar en directo las evoluciones de Jiménez, que toreó dos vacas, la primera de ellas bastante peligrosa pero con mucha transmisión por el pitón izquierdo, y dos toros, con los que poco o nada pudo hacer, derrochando una vez más, entrega y ganas de agradar, dejando igualmente una gran estocada al segundo de sus oponentes.
Mañana, en definitiva, gris en el aspecto artístico, pero que sirvió para que Curro Jiménez completara su entrenamiento, con la mirada puesta en su importante cita del próximo domingo en la plaza limeña de Acho, festejo que para el prieguense supone todo un reto y a la vez una gran responsabilidad.
Pero si la jornada no tuvo fondo artístico, otra cosa bien distinta fue el ambiente distendido que reinó entre los peñistas, que tras presenciar las evoluciones de Curro Jiménez, disfrutaron de lo lindo con los aperitivos y el arroz que se sirvió como colofón a una jornada que finalizaba a las nueve de la noche, con la llegada de la expedición al punto de partida.
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