Año nuevo, viejos problemas...
Parece que la plaza de toros de Priego sigue con la particular maldición que algún brujo, seguramente enemigo de la Fiesta, le echara aquel ya lejano Sábado de Gloria del 2002, 30 de marzo para ser más exactos.
Comienza 2010 como terminó 2009, o sea, sin noticias sobre la reanudación de las obras en el más que centenario coso de Las Canteras, en el que que desde el pasado 31 de agosto no se ha movido una piedra. Resulta doloroso pero así es y cuando pregunto a los distintos responsables municipales sobre el particular, la callada es su mejor respuesta, siguiendo aquello de que si lo que vas a decir no es más bello que el silencio, no lo vayas a decir...
Como ya indiqué en su día, la Junta dijo que "nones" al adelanto de los 200.000 euros que le restan por aportar en la faraónica remodelación, que como reza en el cartel instalado en los accesos al recinto, debería de acometerse entre los años 2008-2009 y 2010. Y claro, como las arcas municipales están más secas que el ojo de un tuerto, la continuación de las obras fue imposible cuando más de uno estaba ya barajando hasta el cartel de la reinauguración, fijada ya por otros muchos para el 28 de Febrero.
Y claro, ni el 28 de Febrero habrá toros en Priego, ni el Sábado de Gloria tampoco, y como sigamos así, ni en la próxima Feria Real, porque aún resta trabajo para unos cuantos meses y el tema del pecunio sigue sin aclararse, primero porque el Ayuntamiento de Priego sigue sin ni un duro, y segundo, porque los dineros de la Junta, ya de este 2010, no se prevé que lleguen en los próximos meses, así que mucho me temo que el año que viene, seguiremos hablando de lo mismo, por más que no intente ser pesado.
Lo que más me duele es que nadie, a excepción de un servidor que parece que tiene en la remodelación de Las Canteras su particular cruzada, levante la voz y pida ya de una vez por todas que se terminen las dichosas obras, porque incluso la intentona de crear una plataforma de aficionados para abanderar esta reivindicación se vino al traste, por la desidia de unos y el miedo de otros a posibles represalias.
Así es mi querido Priego, otrora localidad señera y referencia obligada dentro del calendario taurino cordobés, por cuya plaza desfilaron los más grandes de la Fiesta, incluidos los Cinco Califas, honor que otros cosos no poseen.
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