domingo, 13 de septiembre de 2009

SALIDA A HOMBROS DE RIVERA ORDÓÑEZ Y NUEVO PETARDAZO DE FINITO EN LUCENA










Ganado: Seis toros de Salvador Domecq, correctamente presentados, destacando por sus hechuras y defensas el lidiado en quinto lugar. Encierro en su conjunto manejable, a excepción del cuarto, de violenta embestida, sobresaliendo por su nobleza segundo y tercero.
Finito de Córdoba: media estocada tendida y trasera y dos descabellos (leves palmas); y dos pinchazos y siete descabellos (pitos).
Rivera Ordóñez: media estocada, tendida y trasera y dos descabellos (una oreja); y una estocada y descabello (dos orejas).
Alejandro Talavante: dos pinchazos, media estocada caída y un descabello (una oreja); y pinchazo, media estocada tendida, estocada que asoma por el costillar y un descabello (ovación).
Plaza: Los Donceles (Lucena). Segundo festejo de las de las fiestas del Valle, retransmitido por Canal Sur TV, con algo más de media entrada en tarde entoldada pero de temperatura agradable.

No está siendo ésta una buena temporada para Juan Serrano, y utilizando una frase hecha al uso, no anda fino el Fino. Lejos del torero que encandilara a propios y extraños con su duende, el maestro de El Arrecife no encuentra el sitio, y el chispazo de Villanueva allá por los primeros días de agosto, ha dado paso a la más absoluta desgana sobre el ruedo, como ayer se puso de manifiesto en Lucena, una plaza cuyo público lo mima con cariño y en la que hasta el momento es el torero que más veces ha realizado el paseíllo. Un nuevo petardazo que comenzó a fraguarse en la correcta faena, pero sin el más mínimo compromiso, del que abría plaza, al que saludó con mucha cadencia con el capote y poco más, ya que con la muleta y tras un trasteo a media altura, cuajó dos aceptables tandas por el pitón derecho rematadas con sendos pases de pecho, con las que se terminó todo, ya que tras varias coladas del toro cuando lo toreaba con la diestra, decidió alejar los engaños y trazar pases muy mecánicos, que le valieron unas leves palmitas cuando el primero de su lote se encontraba ya en el desolladero.

Pero sería en el cuarto de la tarde cuando la apatía de Finito se hizo más patente, ya que tras comprobar con el capote la brusca embestida y las dificultades que presentaba el toro, tomó la muleta y tras un trasteo de aliño recetó varios machetazos preparatorios para la suerte suprema, simulada con dos pinchazos y siete descabellos mientras en los tendidos la pitada se hacía cada vez mayor, molestándose sobremanera el público con la ausencia del más mínimo amago por parte de Juan Serrano, de intentar montar faena y enmendar aquello como sea.

Afortunadamente, esta nueva decepción de Finito se suplió con las actuaciones de sus dos compañeros de cartel, Rivera Ordóñez y Alejandro Talavante, cada uno en su estilo. Muy bien Francisco en el saludo capotero al tercero de la tarde, al que aprovechando la salida impetuosa del animal, recetó tres largas cambiadas de rodillas y varias verónicas a pie juntos rematadas con una artística media. La cosa cambió en banderillas, pareando siempre a pitón pasado, mientras que con la muleta, con el toro entregado, cuajó varias tandas de naturales de bella factura, enlazando una de ellas con un circular, que luego volvió a ejecutar por el pitón contrario. Faena a la que, teniendo en cuenta las características del toro, le faltó mucho fondo pero con un público entregado, la primera oreja de la tarde fue a parar a sus manos.

En el segundo de su lote, al que clavó un buen par a la moviola, tras un trasteo en el estribo, Rivera Ordóñez consiguió templar la embestida de su oponente a base de aguantar las gañafones que recetaba el morlaco, al que toreó con la zurda con cierto gusto, aunque a mucha distancia del animal para evitar algún que otro susto, recurriendo a lo accesorio para adornar cada serie. Pese a ello, la efectividad con los aceros y nuevamente un público totalmente entregado fueron más que suficientes para que paseara las dos orejas por el albero de Los Donceles, ganándose la salida a hombros por la Puerta de Córdoba.

Por su parte, Alejandro Talavante cuajó en su primero la mejor faena de la tarde, muy seria y completa por ambos pitones, destacando la quietud en el trasteo inicial con unos ayudados por alto, así como las tandas de naturales y las bernardinas finales, perdiendo los máximos trofeos al errar con demasía con los aceros. En el que cerraba plaza, similares argumentos , en este caso con tandas larguísimas con más de una decena de pases, pero sobre todo con muchas ganas de agradar, precisamente lo que ayer le faltó a Finito.

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