martes, 8 de septiembre de 2009

LA NUEVA PLAZA DE TOROS DE PRIEGO


Solo algunos edificios antiguos merecen una nueva vida; una segunda, incluso una tercera vida. En Priego, hace muy pocos meses, fue derribado el Mercado de Abastos, no porque estuviera en ruinas sino por haberse convertido en un edificio obsoleto. Dentro de muy poco será también derribado el Instituto Carmen Pantión, en este caso no por ser un edificio obsoleto, sino sobre todo porque estaba en ruinas.

Hace unos días, acompañado entre otras personas por el responsable técnico de las obras, Rafael Cruz, pude visitar la plaza de toros de Priego (mucho más antigua que los dos edificios antes citados) que se encuentra en plenas obras de rehabilitación. ¡Que agradable sorpresa…!.
El Coso de las Canteras se construyó entre 1884 y 1892, gracias al ímpetu de Francisco Lázaro Martínez y a los dineros de su querida tía Dª. Juana Martínez Castellanos. Las características más llamativas de la nueva plaza eran su extraordinaria solidez y su insólita belleza. Lo primero porque había sido excavada en una cantera y lo segundo porque seguramente sus constructores pensaron que debían ser dignos continuadores de la belleza del barroco prieguense, de la arquitectura popular del barrio de la Villa y de la exhuberancia triunfal de la Fuente del Rey. Se dice que Rafael Molina “Lagartijo”, el primer Califa, exclamó mientras hacía el paseíllo el día de la inauguración: “nunca vi otra tan hermosa”.

Después, pasaron décadas de intensa actividad taurina. Y como no hay bien que cien años dure, ni cuerpo que lo aguante, nuestra plaza de toros comenzó a envejecer y al cumplir los 65 años (tiempo de jubilación) mostraba ya algunas “goteras” que pedían obras de rejuvenecimiento. Se equivocó pues el poeta Carlos Valverde López (que presidió como Alcalde de Priego la inauguración de la plaza), cuando escribió el siguiente párrafo: “Esta plaza, a estilo de aquellas inmortales obras que contempla asombrado el viajero a través de cuarenta siglos que no les han servido de injuria, no está construida por superposición de bloques o piezas, está moldeada, vaciada en el mismo lugar de su emplazamiento, es parte adherente de nuestro globo y de ahí que, salvo algunos detalles de ornamentación, esté destinada a vivir los mismos días que nuestro planeta".

Pues no, ya en los años sesenta, la plaza nos decía que no era eterna. Así lo entendieron los propietarios, que invertían en obras de mantenimiento casi todo lo que recibían por el arrendamiento del recinto. Y así lo entendieron algunos empresarios; pocos, ciertamente, pues la mayoría buscaban un golpe de fortuna a corto plazo. Entre los que invirtieron en la plaza merece ser destacado el egabrense Juan Antonio Muriel Marín, que en el año 1965 comenzó a desarrollar un programa de obras (la mayoría de las cuales realizó) que preveía poner albero al redondel, instalar iluminación eléctrica, construir servicios higiénicos para los sectores de sol y sobra, distribuir los asientos en espacios de 50 centímetros en los graderíos, abrir pasillo para facilitar el acceso, etc. “Quiero que la categoría taurina de Priego –dijo Muriel- vaya pareja con la fama de sus festivales”.

También los empresarios Juan López y Rafael Serrano Ortiz, ya en los años ochenta y noventa, se gastaron algunos dineros en la plaza. Pero cumplidos los noventa y los cien años, ya no bastaba con tapar las goteras de la vejez. Cuando en el año 2002 el Ayuntamiento adquirió la plaza, la situación en algunos sectores de la misma, era de evidente ruina. Tan evidente, que a partir de ese mismo año no se consiguió el permiso de la autoridad competente para organizar festejos en ella. Alguien dijo aquel año: “¡¡¡Si don Francisco Lázaro Martínez levantara la cabeza…!!!
Vino después la legislatura en la que gobernó Priego una coalición del PP con el PA y en ella se estudió la posibilidad de rehabilitar la plaza por convenio con una iniciativa privada que construiría un hotel y un Museo Taurino en los terrenos circundantes. Además, en 2005 se inició la restauración con la reforma de palcos y andanadas. Ya en 2007, con un nuevo gobierno del PSOE, se crea la Escuela Taller que llevó el nombre de Francisco Lázaro Martínez y finalmente la Junta de Andalucía apuesta por la rehabilitación integral con una aportación de 600.000 Euros.


Hoy estamos en la recta final de esta histórica rehabilitación. Lo que he visto me hace pensar que va a ser un éxito. La complejidad del proyecto ha sido enorme a lo largo ya de de más de cinco años, pero por suerte, el director de las obras ha sido siempre el mismo y ha actuado con criterios coherentes. Como datos fundamentales se puede decir que el redondel ha sido rebajado en un metro y reducido su diámetro en más de 3 metros quedando no obstante dentro de los límites del Reglamento Taurino; con ello se ha podido construir un pasillo entre la barrera y los tendidos. Se han reconstruido y ampliado los chiqueros manteniendo la estructura original. Se ha modificado la techumbre de los palcos, con lo que se han creado en los mismos tres filas más de asientos; la plaza parece más grande, es más profunda y en mi opinión, incluso su estética ha mejorado.

Mantengo sin embargo dos reivindicaciones, una de ellas casi folklórica. Siempre se ha dicho en Priego que la corona que culmina el escudo de España que preside la plaza, fue mutilada al comenzar la República; el destrozo es evidente y las fotos antiguas lo atestiguan. ¿Debería restaurarse ahora también la corona?. Tengo entendido que no se piensa restaurar. Y yo me pregunto: ¿a causa de la tan traída y llevada memoria histórica?. Y me respondo: “Pero si no se restauró en cuarenta años de dictadura franquista, qué tiene de raro que tampoco se restaure ahora?”.

La segunda reivindicación es más seria. Se proyectó en la anterior legislatura municipal construir espacio para crear un Museo Taurino junto a la plaza. La historia del Coso de las Canteras merece ese Museo y Priego, volcado con el turismo, lo necesita. En la zona de la plaza que limita con la Avenida de España hay terreno suficiente para construir locales comerciales al nivel de la calle, locales que podría explotar el Ayuntamiento (tan necesitado de recursos) y en la planta superior (al nivel de la plaza), se podría construir un restaurante y un espacio para el Museo. Será una fase posterior a la reinauguración de la plaza que esperamos con ilusión para 2010. Pero esa segunda fase nunca debería abandonarse. Con ella, el Coso de las Canteras no solo tendrá una segunda vida, sino una tercera, integrada plenamente en el ámbito inmortal de la cultura.
TEXTO: Miguel Forcada Serrano (Cronista Oficial de Priego).
FOTOGRAFÍA: Escudo del palco presidencial en el que la corona real permanece mutilada desde la II República (Autor: Manuel Osuna).

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