El novillero sin caballos prieguense Eduardo Jurado cosechó el domingo 14 de opctubre un importante triunfo en Granada, en el transcurso de la novillada en clase práctica celebrada en horario matinal en la plaza de toros monumental de Frascuelo, que registró más de tres cuartos de entrada.
Un festejo que suponía el debut del novillero de Priego en la Escuela Taurina de Atarfe, en la que ha ingresado recientemente, tras su paso por las de Córdoba y Jaén, no contando en esta última con apenas oportunidades, de ahí que decidiera el cambio de aires a tierra granadinas.
Sería precisamente Eduardo Jurado el encargado de abrir el festejo, lidiando un eral de El Rosalejo, propiedad de Jesulín de Ubrique, correcto de presentación, justo de fuerzas, complicado y que no ayudó nada al lucimiento del joven espada, como el resto de sus hermanos. Aún así, tuvo suerte Eduardo en el sorteo, ya que le correspondió el eral con más fuerzas, lo que permitió que el prieguense mostrara las cualidades que atesora, tanto con el capote como con la muleta, mostrándose muy decidido y con ganas de agradar al público, recibiendo una voltereta en un descuido, sin consecuencias, logrando tras un pinchazo y una estocada caída, las dos orejas.
Con este importante triunfo, Eduardo Jurado pone fin a una temporada un tanto irregular, en la que únicamente ha actuado en cuatro festejos, iniciando con su entrada en la Escuela Taurina de Atarfe, una nueva andadura.
Un festejo que suponía el debut del novillero de Priego en la Escuela Taurina de Atarfe, en la que ha ingresado recientemente, tras su paso por las de Córdoba y Jaén, no contando en esta última con apenas oportunidades, de ahí que decidiera el cambio de aires a tierra granadinas.
Sería precisamente Eduardo Jurado el encargado de abrir el festejo, lidiando un eral de El Rosalejo, propiedad de Jesulín de Ubrique, correcto de presentación, justo de fuerzas, complicado y que no ayudó nada al lucimiento del joven espada, como el resto de sus hermanos. Aún así, tuvo suerte Eduardo en el sorteo, ya que le correspondió el eral con más fuerzas, lo que permitió que el prieguense mostrara las cualidades que atesora, tanto con el capote como con la muleta, mostrándose muy decidido y con ganas de agradar al público, recibiendo una voltereta en un descuido, sin consecuencias, logrando tras un pinchazo y una estocada caída, las dos orejas.
Con este importante triunfo, Eduardo Jurado pone fin a una temporada un tanto irregular, en la que únicamente ha actuado en cuatro festejos, iniciando con su entrada en la Escuela Taurina de Atarfe, una nueva andadura.
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