Me lo comentaron el lunes y en principio no me lo creí. Pero
me picaba tanto la curiosidad que tenía que verlo con mis propios ojos y zas…
ahí estaba. El señor que pide respeto para su carrera, el número 2 del
escalafón en nuestro país durante la temporada 2014 banderilleando a un
becerro, despuntado, en Venezuela, y encima vestido de luces.
Me dirán que exagero, me criticarán por estar siempre con lo
mismo, que si lo tengo entrecejado, que no tengo ni idea de toros, etc., etc,... pero es que viendo la fotografía dan ganas de llorar. Solo hay que
comparar la dimensión de la divisa y de las banderillas para hacerse una idea
de cómo era el animal… ¡Que pena y que asco de aquellos que piden respeto para
su carrera y para la Fiesta
y luego cometen semejante atrocidad!!.
Llevaba dos días dándole vueltas a la cabeza pero hoy, tras
leer el magistral artículo de Paco Cañamero en Glorieta Digital, no tengo más
que decir, que lo suscribo de cabo a rabo.
¡Ya está bien de esta gentuza!. ¡Ya está bien, por Dios!. Que
no nos vendan la moto porque son ellos y sus apoderados los que van a destrozar
por completo este bendito arte.
Os recomiendo encarecidamente la lectura del citado
artículo, con la enorme satisfacción de que no soy el único que no comulga
con ruedas de molino, como por desgracia hacen otros muchos.
Y lo digo así, alto y claro, con la certeza de que de un
sector de allegados al susodicho paladín del respeto, me atizarán duro e
incluso me insinuarán, como ya lo han hecho en varias ocasiones, que le estoy
quitando el pan a personas de su entorno.
Así está el cotarro.
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