domingo, 22 de noviembre de 2009

UN CERVATILLO, MUY ESPECIAL



No todos los días se comparte mesa, mantel y tertulia con un matador de toros, compañeros de profesión y buenos y reconocidos aficionados. Es todo un lujo, tengo que confesarlo, que el pasado jueves, mi querido Alejandro Rodgríguez me invitara a la entrega del II Cervatillo Taurino, acto que tenía lugar en Casa Rubio, taberna que me trae grandes recuerdos ya que durante cinco años cada día pasaba por su puerta en dirección a la Facultad de Filosofía y Letras.
Lo que no me esperaba era que un servidor, debutante en este tipo de actos sociales, tuviera el privilegio de sentarse justo en frente del gran protagonista de la noche, José Luis Moreno, y del dueño del restaurante, Miguel Cabezas. No sé si me salté algún protocolo o que la cosa fue casualidad, pero el caso es que disfruté como un enano. Para colmo, también tuve la ocasión de compartir velada con mi compañero y maestro en la crítica taurina en Diario Córdoba Rafael de la Haba, por lo que no podía pedir más.
Así, entre la siempre amena conversación de Miguel Cabezas, Pedro Moreno, Rafael de la Haba y el resto de comensales, entre ellos mis compañeros de fatiga Chila, Ladis, Juanito Plata, Salvador, Víctor, F.J. Domínguez, Alex y Juan Antonio, se llegó al turno de intervenciones, en el que todos los que tomaron parte en el uso de la palabra, justificaron con sobrados argumentos la concesión de este galardón, con el que el grupo de empresas Cabezas Romero quiere premiar al torero más destacado de la temporada cordobesa, que este año no ha sido otro que el diestro de Dos Torres.
Pero lo que más me llamó la atención de esa noche fue la sencillez de José Luis Moreno y hasta cierto punto la sinceridad a la hora de responder la preguntas que la mayoría de los presentes le formularon, algunas de ellas, ciertamente comprometedoras. Pero como buen lidiador, supo dar los pases oportunos y dejar satisfecha la curiosidad de los presentes.
Más de cuatro horas después de que diera comienzo el acto, terminaba esta agradable velada, que tenía su colofón en el regreso a mi querida Subbética en compañía de Juan Antonio Jiménez, sin lugar a dudas el mejor compañero de viaje para un acto de estas características.
Por último, quisiera reiterar mis agradecimientos a Alejandro Rodríguez por la invitación, a Miguel Cabezas por el trato exquisito que nos brindó en su local y por su amena conversación, y a José Luis Moreno por la sinceridad, sencillez y cercanía que mostró en todo momento. Gracias, de corazón a todos, por este cervatillo, verdaderamente especial.

1 comentario:

Unknown dijo...

Y no será el último en el que esté usted presente.
Los grandes informadores taurinos tienen un sitio privilegiado en cualquier acto de este tipo.
Muy buena la crónica.
Aaaaaaadios.
J. A. J. A.