martes, 29 de noviembre de 2016

LA ASOCIACIÓN 'COSO DE LAS CANTERAS' ENTREGA SUS SEGUNDOS PREMIOS TAURINOS










Con motivo de la entrega de la segunda edición de los premios que llevan su nombre, la Asociación Cultural Taurina “Coso de las Canteras” celebraba durante el pasado fin de semana una serie de actos con el toro como eje central de los mismos.
Así, el viernes 25, el centro cultural Adolfo Lozano Sidro, acogía una conferencia del reconocido y prestigioso fotógrafo Ladislao Rodríguez Galán titulada “La fotografía taurina como fuente de inspiración”, en la que “Ladis”, tras una introducción en la que adentró a los presentes en la aparición de la fotografía y particularmente en su irrupción en el mundo del toro, se detuvo en las distintos protagonistas de un festejo taurino, así como en el ambiente y curiosidades que se producen antes, durante y después del mismo. No faltaron anécdotas, imágenes impactantes, otras históricas y por supuesto, constantes referencias a toreros y novilleros prieguenses, concluyendo con una selección de curiosos y simpáticos montajes.
Tras este interesante preámbulo, el sábado 26, el comedor del restaurante Balcón del Adarve, se convertía en el escenario del resto de actos previstos, entre ellos una esperada charla de Adolfo Martín Andrés sobre el encaste Albaserrada. Tras las palabras de bienvenida del presidente de la Asociación Cultural Taurina “Coso de las Canteras”, Manuel Jesús Osuna, daba comienzo la disertación de uno de los ganaderos de mayor prestigio de nuestro país y gran conocedor del encaste que fundara el marqués de Albaserrada en 1912, cuando compró una porción de la ganadería a su hermano, el Conde de Santa Coloma, lote en el que se encontraban la parte de origen Saltillo existente en la vacada del Conde. Tras la muerte del marqués de Albaserrada en 1920, un años después la vacada pasó a manos de José Bueno, más tarde a las de su viuda, Juliana Calvo, que agregó en 1930 otras 92 vacas del Conde de Santa Coloma, heredándola posteriormente los hermanos Escudero Calvo, bajo cuya dirección fue perdiendo paulatinamente su buen cartel desapareciendo prácticamente de todas las plazas. Finalmente, entre 1961 y 1965, la ganadería fue adquirida por Victorino, Adolfo y Venancio Martín Andrés, quienes culminaron con éxito su recuperación.
Como es sabido, en 1988 Adolfo Martín Andrés decidió crear su propia ganadería con el antiguo hierro de la V y todas las reses asociadas a éste, cediendola a su hijo Adolfo Martín Escudero  en 1992.
Con la facilidad que supone el haber sido protagonista en primera persona de esta recuperación, Adolfo Martín fue introduciendo durante su intervención referencias a actuaciones o tardes señaladas con los toros de este encaste, destacando la afición “deslumbrante” que su padre y su tío tenían a los toros.
En relación a los animales del encaste Albaserrada, el ganadero puso de manifiesto que son ejemplares, “que se han adaptado al toreo, que no puntean”, destacando su fijeza, humillación y temple, manteniendo por tanto las cualidades de un encaste, “cuyos toros no te regalan nada, ya que como les hagas mal las cosas, las canta enseguida”, unos toros, en definitiva “para aficionados y para grandes toreros”, sentenció.
En relación a la situación actual de la Fiesta y del predomino del monoencaste Domecq, Adolfo Martín puso de relieve que el toro, “tiene que dar espectáculo, y si no lo da, malo”, afirmando que en su caso, si sus tíos y su padre no hubieran apostado por el encaste Albaserrada, “hubiera desaparecido”.
A preguntas de los asistentes, el ganadero realizó una descripción de Madroñito, toro de su divisa indultado por El Cid en Santander y sin lugar a dudas, uno de los toros de la temporada en nuestro país, mostrando su impotencia por la polémica generada en varios cosos de nuestro país con los “cornivueltos”, cuando como afirmó, “en Francia se lidian sin ningún problema, ya que es un tipo de cornamenta característica de este encaste y que nosotros hemos recuperado”.
Tras la intervención de Adolfo Martín, tomaba la palabra el subalterno Marco Galán, que coincidía con el ganadero en las características de los ejemplares de este encaste, “toros muy exigentes, con los que tienes que estar con los cinco sentidos, engancharlos muy adelante con el capote y bajarles la mano”.
La charla, amena y dinámica, con descripciones muy gráficas y salpicada de anécdotas por parte del experimentado ganadero, daba paso a la entrega de premios propiamente dicha, recibiendo el propio Adolfo Martín el premio otorgado por el jurado a “Mario”, ejemplar de su divisa que fue considerado como el mejor toro de la feria taurina “Coso de las Canteras”, mientras que Marco Galán recibía el trofeo que lo acredita como el mejor peón de brega, no recogiendo su galardón Daniel Luque, que había sido premiado como el autor de la mejor faena de una feria taurina en la que el premio al mejor puyazo quedó desierto.
Una vez concluida la entrega de premios, los galardonados, en compañía de miembros de la junta directiva de la asociación, patrocinadores  y un grupo de aficionados, compartieron una cena.

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