Ganado: seis toros de Tapatana, el segundo bis un sobrero de
la misma ganadería, terciados de presentación, de cómodas caras y sosa
embestida.
Manuel Díaz El Cordobés: estocada atravesada y descabello
(oreja); pinchazo y estocada (oreja).
Francisco Rivera Paquirri: estocada casi entera (oreja);
media estocada (silencio).
Alberto López Simón: estocada trasera y tendida (dos orejas
y rabo); estocada (oreja tras aviso).
Cuadrillas: Domingo Siro destacó en la lidia del sexto,
mientras que en banderillas el propio Siro y su compañero Jesús Arruga,
protagonizaron un gran tercio de banderillas en el tercero de la tarde.
Plaza: Monumental Coso de las Canteras (Priego). Menos de
media entrada en tarde de mucho calor. Durante la lidia del primer toro, la
Banda de la EMMD de Priego estrenó en un festejo taurino el pasodoble que el maestro
Luis Prados compuso en la década de los años 60 del pasado siglo para el quinto
Califa del toreo, Manuel Benítez “El Cordobés”.
Un total de siete orejas y un rabo se han repartido esta
tarde en el segundo y último festejo de la Feria Taurina Coso de las Canteras
de Priego, que por la afluencia de público registrada en este ciclo, parece
tener los días contados. Ni con los adolfos ayer sábado ni con un cartel en el
que se anunciaba el número uno del escalafón, Alberto López Simón, los
centenarios graderíos han registrado menos de media entrada ambos días, lo que
supone un verdadero varapalo para una empresa que ha apostado fuerte por
Priego. Tiempo hay de reflexionar sobre el modelo a seguir de cara a la próxima
temporada, máxime cuando después de la recuperación de Las Canteras, este año
el balance, en lo que asistencia de público se refiere, ha sido muy negativo.
Otro cantar ha sido el artístico, con una gran faena de
Daniel Luque ante un bravo ejemplar de Adolfo Martín, y hoy domingo, otra gran
actuación, marca de la casa, de López Simón, que con tres orejas y un rabo se
convirtió en el triunfador indiscutible de un festejo marcado por un ganado de
terciada presentación, muy cómodo de cara e insulso juego.
La excepción del encierro fue el colaborador tercero, al que
el de Barajas recibió con unos cadenciosos lances, para con la muleta
estructurar su actuación por el pitón derecho, con la quietud y verticalidad
que lo caracterizan. Repetía el de Tapatana una y otra vez, hasta que llegó un
amago de rajarse, lo que impidió de manera acertada López Simón cambiando de
mano para instrumentar con la zurda varias tandas de mucha enjundia, cargadas
de temple y ligazón. Cambio de mano, dos circulares invertidos, y manoletinas
para completar una faena que rubricó con una estocada con la que puso en sus
manos los máximos trofeos.
En el que cerraba plaza, un cinqueño de sosa embestida y
defensas más propias de un festejo de rejoneo, el diestro madrileño, fiel a su
concepto, volvía a intentarlo aunque sin la rotundidad alcanzada en el primero
de su lote, basando nuevamente su faena en la derecha, hasta que el toro se
desentendió por completo de los engaños que López Simón le ofrecía con gran
suavidad.
Bien el madrileño ayer en Priego en el que fue su debut en
la provincia de Córdoba, dejando un gran sabor de boca entre los aficionados
que se dieron cita en Las Canteras en este segundo festejo de la feria taurina
de la localidad de la Subbética, en el que también estaban anunciados Manuel
Díaz El Cordobés y Francisco Rivera Paquirri, al que sólo se le vio en su
primero, un sobrero de la misma ganadería que sustituía al titular tras ser
éste apuntillado en el ruedo después de lesionarse de salida las extremidades,
lo que le impedía permanecer en pie. En éste, abusando del pico y con un toreo
muy ventajista, Rivera lo intentó por ambos pitones, dejando como pasajes más
destacados varios adornos cuando toreó al natural. En su segundo, abrevió con
la muleta y sin probaturas previas tomó el estoque, ante las nulas condiciones
que ofrecía su oponente.
Por su parte, Manuel Díaz, en dos faenas de similar corte,
ofreció su ya conocido repertorio, intercalando en su primero tandas de
correcta ejecución, sin más, con algunos pases sueltos de cierto empaque, lo
que repitió en su segundo, en este caso aprovechando la inercia del animal, al
que toreó con la zurda con cierto gusto. Para ser fiel a su estilo, El Cordobés
tiró de adornos, desplantes y el clásico salto de la rana, actuación que, en su
conjunto, le valió para salir a hombros junto a López Simón.
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