Tengo que confesarlo. El
pasado sábado me dio una gran envidia, pero de la sana, de la sana sanísima, de
Cabra y de su festejo taurino. Menudo ambientazo, menudo entradón y menuda
sonrisa que tenían varios de los ediles egabrenses cuando accedieron al más que
sesquicentenario coso de la Avenida de la Constitución y por tercera vez
consecutiva, que ya hay que tenerlos bien puestos, vieron su graderío de tal
guisa.
Pedirse un café una hora
antes en alguna de las cafeterías y bares de los alrededores del recinto
taurino era tarea complicada, y para aparcar más de uno tuvo que andar lo suyo
ya que desde varias horas antes los huecos que había dejado el ajetreo cofrade
matinal, se podían contar con los dedos de la mano.
Envidia sana, reitero sanísima,
porque en dos años, dos, quién lo diría, se ha recuperado una fecha tradicional
para los aficionados taurinos de la comarca con una fórmula bastante sencilla y
sin experimentos con gaseosa, aunque el cartel, para un servidor y a excepción
de uno de los matadores, no dijera absolutamente nada.
Viene esta reflexión a que no
muy lejos de Cabra, vamos en Priego, durante la década de los “dorados” años
ochenta y buena parte de los noventa del pasado siglo, eran otros los que sentían
envidia, espero que sana, por lo que aquí se hacía y se anunciaba. Nombres como
José María Manzanares (q.e.p.d.), Espartaco, Luis Francisco Esplá, Víctor
Mendes, El Soro, Ortega Cano, Julio Aparicio, César Rincón, o José Luis Moreno,
entre otros, eran habituales en el “tradicional festejo del Sábado de Gloria”
(ahora Sábado Santo), como así rezaba en la cartelería de la época, colgándose
en varias ocasiones el tan deseado para la empresa cartel de “No hay billetes”.
Supongo que eran otros
tiempos y otras empresas, pero Priego llegó a consolidar esta fecha. Los nueve
años de obras en la plaza de toros y otras vicisitudes, provocaron que el Sábado
Santo pasara a mejor vida hasta que, con gran valentía, en el año 2011 se volvía
a programar un festejo para ese día, con un cartelazo, para mi gusto, ya que se
anunciaron reses de Miura para Padilla, Rafaelillo y Curro Jiménez. Aquella
Semana Santa fue de agua como pocas y, aún así, la empresa, chispeando en el
paseíllo, tiró para adelante con aquello pese a la media entrada que había en
la plaza. ¡Ojo!, media entrada con siete días previas de agua y con aficionados
calados hasta los huesos pero que no se movieron de su localidad porque el
espectáculo fue de los grandes. ¿Qué hubiera ocurrido con unas condiciones
meteorológicas como las de este año?. Seguro que el más que centenario y
monumental coso de Las Canteras se hubiera llenado hasta la bandera. Pero queda
dicho, no pudo ser.
Luego vino lo de Jesulín y la
reaparición de Paco Aguilera que, desde mi modesto punto de vista, fue lo que
definitivamente dio la puntilla al Sábado Santo en Priego, ya que las empresas
que vinieron después mostraron su pánico y hasta cierto pavor por esta fecha. Vamos
que se le planteaba el Sábado Santo y parecía que les nombrabas al mismísimo
Lucifer, aunque luego, en el trasfondo, estaba que eran las mismas que
gestionaban la vecina plaza de Cabra. ¡Acabáramos con el diablillo!.
La prueba más reciente la
tenemos en los actuales gestores de Las Canteras, que han declinado la
posibilidad de ofrecer toros en Semana Santa para volcarse en Septiembre,
argumentando, con lógica empresarial, que al ser ellos los responsables de la
plaza de Cabra, era hacerse la competencia así mismo. Y claro, tienen más razón
que un santo.
Y es aquí donde me surge una
duda, ya que tengo constancia del interés de un empresario por ofrecer en
Semana Santa un festejo en Priego, oferta que ha sido presentada vía email al
Consistorio y que luego se ha materializado, por aquello de la premura de tiempo,
en la organización de un festejo de rejones en la recuperada feria de San Marcos,
aprovechando la ocasión para presentar una propuesta para Septiembre, en la que
se plantea la celebración de una corrida de toros con nombres como El Juli,
Sebastián Castella, Enrique Ponce o Daniel Luque, entre otros.
Mi duda, la aclaro, es que si
el Sábado Santo da tanto miedo, empresarialmente hablando, ¿por qué no se
prueba con esta fecha, con la feria de San Marcos?. Tal vez, volviendo a la
gaseosa, por parte del propietario del recinto, que no es otro que el
Ayuntamiento, no se tengan ganas de más experimentos y se deje pasar el tiempo
para que se produzca el deseado anuncio de la programación de la feria de
Septiembre.
Me da en la nariz que los
tiros van por ahí y la oferta antes comentada, o ha terminado en la carpeta de “eliminados”
del correo o poco le falta.
En fin, que vuelvo a lo de la
envidia sana de Cabra y si se confirma, también de Almedinilla, porque según me
han comentado por distintas fuentes, en la cercana localidad están organizando
algo para el 1 de mayo. Me gusta eso de mantener fechas, aunque se tenga que
ser valiente y arriesgar la cartera en alguna ocasión y en otras jugar a
caballo ganador. Tal vez en Priego se ha optado por esta última, con todos mis
respetos, y tal vez una vez que finalice la Feria de Septiembre seamos la
envidia, sana, sanísima, de otros muchos aficionados como el que suscribe.
Ojalá sea así, aunque de vez
en cuando, no estaría de más arriesgar un poquito y salirse del guión, como ya
ocurriera en aquellos “dorados” años ochenta y noventa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario