El cuerpo diplomático del Toro de Cuerda de Carcabuey se ampliaba ayer con el nombramiento del egabrense Francisco Navas Adamuz (Kico para los amigos), como nuevo embajador de este festejo popular.
Una distinción honorífica creada en 2009 en el seno de la Asociación Toro de Cuerda de la localidad de la Subbética, con el propósito de reconocer públicamente el trabajo realizado por periodistas, críticos, informadores taurinos o profesionales relacionados con la Fiesta, en pro de la difusión, defensa y verdadera valoración de este festejo popular que goza en Carcabuey de una gran tradición.
El nombramiento del nuevo embajador tenía lugar en el transcurso de una capea y fiesta campera celebrada ayer sábado en las instalaciones del Bujío del Toro, sede de la asociación Toro de Cuerda, en la que se junto a los cinco anteriores embajadores (Rafael Cobo, Alejandro Rodríguez, Eliseo Morán, Miguel Ángel Caracuel y Anselmo Perea), se contó con la presencia de la presidenta de la Diputación de Córdoba e igualmente Madrina del toro de cuerda, María Luisa Ceballos, que durante las palabras que dirigió a los presentes, destacó la necesidad de apostar por los festejos populares y de manera particular por difundir el Toro de Cuerda de Carcabuey, seña de identidad de la localidad no sólo en la comarca, sino en toda la provincia.
El nuevo embajador recibía de manos del presidente de la asociación, Francisco Rueda, una original reproducción de uno de los cajones desde los que salen los toros en las sueltas de la Aurora y el Castillo, dirigiendo igualmente unas emotivas palabras de agradecimientos que pusieron de manifiesto los lazos que lo unen con el toro de cuerdo y de manera particular con los vecinos de Carcabuey, de manea particular para aquellos que lo introdujeron y acercaron a este festejo, como el caso de Acisco Marín, que recibió un más que merecido reconocimiento público por su inestimable aportación en la defensa, difusión y promoción del toro de cuerda.
Tras el acto con el que Kico Navas pasaba a formar parte de manera oficial de este particular cuerpo diplomático daba comienzo una almuerzo, en el que se pudo degustar una rica paella a la que siguió una capea y una posterior fiesta hasta altas horas de la madrugada, como suele ser habitual, son la siempre inestimable atención de Javier y Casti, que una vez más fueron unos magníficos anfitriones de otra jornada para recordar, con el toro de cuerda como gran protagonista de la misma.
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