Ganado: seis toros del hierro de Luis Algarra, de aceptable presentación aunque justos de fuerzas, recibiendo todos un único puyazo. Destacó por su nobleza el lidiado en tercer lugar; presentó mucho peligro el segundo, mientras que primero, cuarto, quinto y sexto llegaron a la muleta casi parados.
Manuel Jesús 'El Cid': pinchazo y estocada tendida (una oreja); y dos pinchazos y estocada trasera (ovación).
David Fandila 'El Fandi': estocada desprendida (silencio tras petición de oreja); y estocada y descabello (una oreja con fuerte petición de la segunda).
Cayetano Rivera: estocada que asoma por el costillar, pinchazo y estocada (leve ovación); y estocada y dos descabellos (ovación).
Plaza: Los Dondeles (Lucena). Casi tres cuartos de entrada en tarde primaveral.
Lucena inauguraba ayer su temporada taurina con la ya tradicional corrida de las Fiestas Aracelitanas que servía, a la vez, de presentación oficial de la nueva empresa que gestiona el coso de Los Donceles. Buena entrada en los tendidos, con algunos rostros conocidos como el de Cayetana de Alba, que tuvo que firmar no pocos autógrafos en los prolegómenos, y numerosos aficionados del tendido de sombra que, debido al adelanto del horario de celebración del festejo con motivo de la salida procesional de la patrona lucentina, aguantaron un sol de justicia hasta que el segundo de la tarde era arrastrado. Cartel atractivo y una ganadería --el gran talón de Aquiles, salvo honrosas excepciones, de la anterior etapa-- que habían creado un gran ambiente y que a la postre dejaron un buen sabor de boca y, una vez más, dos sonoras broncas al presidente del festejo, que esta vez estuvo en su sitio y no se amilanó ante la persistente petición tras las dos faenas de El Fandi, en absoluto merecedoras de los trofeos solicitados. Por cierto, incomprensible el silencio de los tendidos tras la petición de oreja en el primer toro del granadino.
Una lástima los altibajos de las faenas de los tres espadas, ya que de lo contrario estaríamos hablando de triple salida a hombros, que a punto estuvieron de conseguir, por motivos diametralmente opuestos, El Cid y El Fandi. Brillante el de Salteras en el toreo al natural en su primero, en el que bordó varias tandas con la zurda de preciosa factura, manejando los engaños con mucha suavidad y rematando las series con largos pases de pecho, bajando por contra muchos enteros al cambiar de mano. En su segundo, en cambio, descargó su actuación sobre el pitón derecho, ligando varias tandas de mucho empaque, en una faena que fue perdiendo enteros a medida que el toro consumía las escasas fuerzas con las que llegó al último tercio de la lidia, perdiendo la oreja al errar en demasía con los aceros.
Por su parte, El Fandi, fiel a su estilo, pese a estar un tanto gris en su primero, que presentaba un gran peligro por el pitón derecho, recurrió a las cercanías y los desplantes en una faena de aliño hasta conseguir que el público solicitara mayoritariamente la oreja, trofeo que finalmente sí obtuvo el granadino en el quinto de la tarde, al que colocó tres buenos pares de banderillas, dos al cuarteo y uno al violín, y en el que estuvo bullidor con la muleta, finiquitándolo con una gran estocada.
Completaba el cartel Cayetano Rivera, que de haber acertado con los aceros también hubiera paseado algún trofeo por Los Donceles, sobre todo en su primero, animal noble con el que Cayetano realizó una faena en la que primó la cantidad frente a la calidad, destacando en el que cerraba plaza los ajustados estatuarios con los que abrió una breve faena condicionada por las escasas fuerzas de su oponente.
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