lunes, 6 de abril de 2015

ENVIDIA SANA

Tengo que confesarlo. El pasado sábado me dio una gran envidia, pero de la sana, de la sana sanísima, de Cabra y de su festejo taurino. Menudo ambientazo, menudo entradón y menuda sonrisa que tenían varios de los ediles egabrenses cuando accedieron al más que sesquicentenario coso de la Avenida de la Constitución y por tercera vez consecutiva, que ya hay que tenerlos bien puestos, vieron su graderío de tal guisa.
Pedirse un café una hora antes en alguna de las cafeterías y bares de los alrededores del recinto taurino era tarea complicada, y para aparcar más de uno tuvo que andar lo suyo ya que desde varias horas antes los huecos que había dejado el ajetreo cofrade matinal, se podían contar con los dedos de la mano.
Envidia sana, reitero sanísima, porque en dos años, dos, quién lo diría, se ha recuperado una fecha tradicional para los aficionados taurinos de la comarca con una fórmula bastante sencilla y sin experimentos con gaseosa, aunque el cartel, para un servidor y a excepción de uno de los matadores, no dijera absolutamente nada.
Viene esta reflexión a que no muy lejos de Cabra, vamos en Priego, durante la década de los “dorados” años ochenta y buena parte de los noventa del pasado siglo, eran otros los que sentían envidia, espero que sana, por lo que aquí se hacía y se anunciaba. Nombres como José María Manzanares (q.e.p.d.), Espartaco, Luis Francisco Esplá, Víctor Mendes, El Soro, Ortega Cano, Julio Aparicio, César Rincón, o José Luis Moreno, entre otros, eran habituales en el “tradicional festejo del Sábado de Gloria” (ahora Sábado Santo), como así rezaba en la cartelería de la época, colgándose en varias ocasiones el tan deseado para la empresa cartel de “No hay billetes”.
Supongo que eran otros tiempos y otras empresas, pero Priego llegó a consolidar esta fecha. Los nueve años de obras en la plaza de toros y otras vicisitudes, provocaron que el Sábado Santo pasara a mejor vida hasta que, con gran valentía, en el año 2011 se volvía a programar un festejo para ese día, con un cartelazo, para mi gusto, ya que se anunciaron reses de Miura para Padilla, Rafaelillo y Curro Jiménez. Aquella Semana Santa fue de agua como pocas y, aún así, la empresa, chispeando en el paseíllo, tiró para adelante con aquello pese a la media entrada que había en la plaza. ¡Ojo!, media entrada con siete días previas de agua y con aficionados calados hasta los huesos pero que no se movieron de su localidad porque el espectáculo fue de los grandes. ¿Qué hubiera ocurrido con unas condiciones meteorológicas como las de este año?. Seguro que el más que centenario y monumental coso de Las Canteras se hubiera llenado hasta la bandera. Pero queda dicho, no pudo ser.
Luego vino lo de Jesulín y la reaparición de Paco Aguilera que, desde mi modesto punto de vista, fue lo que definitivamente dio la puntilla al Sábado Santo en Priego, ya que las empresas que vinieron después mostraron su pánico y hasta cierto pavor por esta fecha. Vamos que se le planteaba el Sábado Santo y parecía que les nombrabas al mismísimo Lucifer, aunque luego, en el trasfondo, estaba que eran las mismas que gestionaban la vecina plaza de Cabra. ¡Acabáramos con el diablillo!.
La prueba más reciente la tenemos en los actuales gestores de Las Canteras, que han declinado la posibilidad de ofrecer toros en Semana Santa para volcarse en Septiembre, argumentando, con lógica empresarial, que al ser ellos los responsables de la plaza de Cabra, era hacerse la competencia así mismo. Y claro, tienen más razón que un santo.
Y es aquí donde me surge una duda, ya que tengo constancia del interés de un empresario por ofrecer en Semana Santa un festejo en Priego, oferta que ha sido presentada vía email al Consistorio y que luego se ha materializado, por aquello de la premura de tiempo, en la organización de un festejo de rejones en la recuperada feria de San Marcos, aprovechando la ocasión para presentar una propuesta para Septiembre, en la que se plantea la celebración de una corrida de toros con nombres como El Juli, Sebastián Castella, Enrique Ponce o Daniel Luque, entre otros.
Mi duda, la aclaro, es que si el Sábado Santo da tanto miedo, empresarialmente hablando, ¿por qué no se prueba con esta fecha, con la feria de San Marcos?. Tal vez, volviendo a la gaseosa, por parte del propietario del recinto, que no es otro que el Ayuntamiento, no se tengan ganas de más experimentos y se deje pasar el tiempo para que se produzca el deseado anuncio de la programación de la feria de Septiembre.
Me da en la nariz que los tiros van por ahí y la oferta antes comentada, o ha terminado en la carpeta de “eliminados” del correo o poco le falta.
En fin, que vuelvo a lo de la envidia sana de Cabra y si se confirma, también de Almedinilla, porque según me han comentado por distintas fuentes, en la cercana localidad están organizando algo para el 1 de mayo. Me gusta eso de mantener fechas, aunque se tenga que ser valiente y arriesgar la cartera en alguna ocasión y en otras jugar a caballo ganador. Tal vez en Priego se ha optado por esta última, con todos mis respetos, y tal vez una vez que finalice la Feria de Septiembre seamos la envidia, sana, sanísima, de otros muchos aficionados como el que suscribe.

Ojalá sea así, aunque de vez en cuando, no estaría de más arriesgar un poquito y salirse del guión, como ya ocurriera en aquellos “dorados” años ochenta y noventa.

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