sábado, 20 de abril de 2013

JOSÉ LUIS TORRES: "AHORA MISMO ME ENCUENTRO EN UN MOMENTO DESBORDANTE DE ILUSIÓN Y DE CAPACIDAD"



Tras unos duros años en los que apenas se vestía de luces y actuaba en contadas ocasiones, pese a levantar cierta expectación tras su alternativa, el espigado matador cordobés José Luis Torres hará mañana domingo el paseíllo en la plaza de toros de Montoro, en el que será su regreso a nuestra provincia de la mano de Tauro Cerro, la empresa cordobesa que el pasado año tomó las riendas de su carrera profesional con el firme objetivo de convertir a Torres en figura del toreo. En Subbética Taurina aprovechamos este "regreso" del diestro cordobés para hacerle la siguiente entrevista.


-¿Recuerda la primera vez que dijo aquello de “yo quiero ser torero”?.
-A principios de 1999, cuando ingresé en la Escuela del Círculo Taurino creyendo que era sólo un juego y que la meta que me proponía era algo muy complicado.
 -¿Cuándo fue la primera vez que oficialmente se puso delante de un becerro?.
-Varios meses después de ingresar en la Escuela, unos amigos de mis padres compraron una becerra y la echamos para probarme. Ese mismo año debuté en la becerrada en homenaje a la mujer cordobesa y en el año 2000 debuté de luces y poco a poco me fui involucrando más en la profesión.
 -¿Recibió en esos momentos el apoyo de su familia o le pusieron algún reparo?.
-Al principio no les hizo mucha gracia. Mis padres son aficionados y en mi casa siempre se ha vivido el mundo del toro desde esa perspectiva de aficionado. Por eso cuando me apunté a la Escuela Taurina y vieron que la cosa iba en serio, al principio no les gustó mucho pero vieron que era mi ilusión.
 -Debutó con caballos con hoy uno de los grandes del escalafón, como es José María Manzanares. ¿Qué recuerda de esa tarde?.
-Fue en 2003, en la Feria de Córdoba y para mí fue una fecha de mucha responsabilidad. Efectivamente junto a David Galán, mi otro compañero de cartel fue José María Manzanares, del que ahora me da sana envidia de ver que la posibilidad existe, que los dos arrancamos a la misma vez y ojalá yo pueda compartir en un futuro no muy lejano con él un cartel.
 -Y varios años después, el 26 de mayo de 2005, se doctora en tauromaquia. ¿Qué le dijo su padrino de alternativa, Enrique Ponce, al cederle la muleta y el estoque?.
-Recuerdo algunas palabras, no el diálogo concreto porque era un día de mucha responsabilidad y venía a Córdoba con una cogida que había sufrido en Granada tres días antes en mi última novillada, por lo que venía un poco fastidiado, pero sabía que era un día muy especial y que no podía dejar pasar la oportunidad. Sí recuerdo que el maestro Ponce me deseó toda la suerte que él había tenido en la profesión y que sabía el esfuerzo que estaba haciendo ese día por estar ahí.
 -El año 2005 fue precisamente su bautismo de sangre, ya que junto a la comentada cogida de Granada, finalizó la temporada en Jaén con otra cornada. ¿Qué se siente cuando el asta del toro entra en el cuerpo?.
-Son momentos muy duros y tal vez sea la parte más desagradable de la profesión, aunque también te hacen madurar y te curten como torero. Son instantes en la plaza muy rápidos en los que no te das cuenta de lo que ha pasado, ya que con la adrenalina y la tensión del momento no te das cuenta. Pero cuando te pones de pie y sobre todo cuando llegas a la enfermería, comienzas a ser consciente de lo sucedido, sobre todo por el miedo a lo desconocido.
 -En los festejos siguientes a una cornada, ¿se toman precauciones por ese miedo a ser de nuevo cogido?.
-Bueno, las cornadas que he recibido me sirvieron como una experiencia más y para darte realmente cuenta de que esto no es un juego, sino que es muy real, y que las personas que van al tendido no está viendo nada ficticio ni fingido. Como profesional, cuando te ocurre un percance de este tipo tomas conciencia, más si cabe, de que en juego hay muchas cosas.
En mi caso particular, no me afectaron, ya que el torero está muy mentalizado y es consciente de que eso puede ocurrir, por lo que cuando pasa, lo tomas de una forma normal y natural.
 -Tras tomar la alternativa  las cosas no fueron bien y el número de festejos se redujo notablemente, pese a obtener importantes triunfos en Córdoba. ¿A qué fue debido?.
-Tras tomar la alternativa tuve un bache, porque la empresa que me llevaba, por diferentes circunstancias, no me dio la continuidad que en ese momento requería mi carrera, así que decidimos esa misma temporada cortar nuestra relación. A partir de ahí vinieron unas temporadas muy duras, en las que toreaba muy poco y llamaba a muchísimas puertas, que no se abrían. Aún así, yo creía en mis posibilidades, creía que lo que yo llevaba dentro si me daban las oportunidades y sobre todo, continuidad, podría funcionar, y gracias a Dios el tiempo, por ahora me está dando la razón.
 -¿De qué le sirvió ese tiempo “en el banquillo”?.
-Un torero sin torear es algo muy complicado, pero creo que supe asumir el momento que me tocó vivir, creí en mí desde el primer momento y sabía que no podía arrojar la toalla, pese a que la situación era muy difícil. Por supuesto, siempre conté con el apoyo de mi familia y mi Peña, que siempre han estado ahí empujándome y en los momentos de bajón son los que han hecho que tirara para adelante.
 -Y tras el paso por el desierto, en mayo de 2012 inicia una nueva etapa en su carrera de la mano de Tauro Cerro. ¿Qué le hizo dar ese paso?.
-En primer lugar no tener nada. Ellos me ofrecieron dos corridas de toros y ver cómo funcionaba la cosa, ya que ellos tenían cierta incertidumbre sobre si yo iba a estar al nivel de lo que exige hoy día el público debido al tiempo que estuve sin torear. Pero precisamente durante esos tres o cuatro años en los que toreaba festivales o una corrida al año, me mentalicé y prepararé como si las temporadas fueran de muchos festejos, por lo que cuando llegó la oportunidad, que llegó de golpe y porrazo y sin esperarlo, yo me encontraba preparado y supe que era el momento de relanzar mi carrera y los resultados, creo que me han dado la razón.
 -¿Qué valoración puede hacer de esta nueva etapa en su carrera profesional?.
-Ahora mismo me encuentro en un momento desbordante de ilusión y de capacidad, porque me encuentro feliz y veo que las cosas que pienso y siento delante del toro están saliendo. El año pasado fue par mí increíble, creo que la mejor temporada de mi vida, sin olvidar que estoy en una etapa mucho más madura, porque cuando las oportunidades te llegan sin valorarlas, crees que es lo normal, y precisamente lo normal en esta profesión es que es muy complicado torear. Por eso cuando ves que el pasado año actué en 11 corridas de toros y dos festivales, que corté 24 orejas y un rabo, llegas a la conclusión de que son números que hablan de la regularidad que ahora tengo, algo que si no me hubiera cogido preparado y mentalizado, no hubiera podido aprovechar la oportunidad y seguramente no estaríamos a las puertas de la temporada que este año se presenta.
 -Y hablando de la actual temporada, ¿cuáles son los objetivos de este 2013?.
-En principio tenemos previstas cuatro o cinco corridas de toros en primavera, pero nuestro principal objetivo este año es Madrid, una plaza fundamental, porque creo que es el momento idóneo en mi carrera para poder afrontar este compromiso, porque me encuentro con una ilusión y unas ganas tremendas de pisar esa plaza de toros, que es la que pueda dar un empujón o solucionar mi carrera. Aún así, y con los pies en el suelo, yo personalmente mis objetivos me los planteo a muy corto plazo, corrida a corrida, y no me gusta pensar en lo que pase más allá del día 21 en Montoro, porque en esta profesión no puedes fijarte proyectos de futuro, ya que tienes que dar la cara todos los días para que luego llegue esa recompensa.
 -¿Cómo definiría su tauromaquia?.
-Soy el menos indicado para hacerlo, pero practico un toreo clásico, muy cordobés, ya que me siento muy cordobés y siento el legado de nuestra tauromaquia.
 -¿Se ha arrepentido alguna vez de dedicarse profesionalmente al toro?.
-En ningún momento, porque creo que si te arrepientes de algo es porque realmente no lo sientes y lo has hecho por otras circunstancias. Creo que la vocación que sientes desde pequeñito, pese a que no eres consciente de las dificultades y todo lo que supone este mundillo, marca tu vida, como ha ocurrido en mi caso, por lo que jamás me he arrepentido de elegir mi profesión, porque me ha dado grandes satisfacciones y esperemos que un futuro no muy lejano siga aportándome esa plenitud personal, casi inexplicable, que alcanzo cuando toreo.
 -Ha hecho el paseíllo, de manera especial en su etapa de novillero, en las principales plazas de España, como Madrid, Sevilla, Valencia o Córdoba. Si tuviera que quedarse con una por algo especial, ¿con cuál lo haría?.
-Cada plaza y cada público tienen su personalidad. Torear en Sevilla o en Madrid es un auténtico lujo y una experiencia única, pero en mi caso Córdoba me ha marcado mucho porque en su plaza debuté como becerrista, con caballos y tomé la alternativa, por lo que toda la vida taurina ha pasado por Los Califas, y gracias a Dios con buenos resultados.
 -¿Cómo es el público de Córdoba?.
-Exigente con sus toreros, porque no traga con cualquier cosa. Pero cuando las cosas se hacen bien, se entrega como el que más. En definitiva, como en cualquier otra plaza, cuando se capta la verdad del toreo y lo que está ocurriendo en el albero, el público cordobés se entrega y disfruta.
 -La concentración de los festejos en la Feria y la reducción de éstos, ¿condiciona en Córdoba la presencia de más toreros de la tierra?.
-La mayoría de las plazas de Primera suelen ser plazas de temporada, con una feria y un miniciclo durante verano o septiembre. En Córdoba, durante los últimos años los festejos se están limitando a la Feria de Mayo y reduciéndose debido a la crisis. Desgraciadamente para nosotros, los huecos en los carteles son muy pocos y el público quiere ver a las figuras, por lo que es muy difícil contentar a todo el mundo, siendo los toreros de Córdoba los más perjudicados. Aún así, siempre que se ha apostado por toreros cordobeses, hemos dado la cara poniendo toda la carne en el asador para que todo saliera bien, y creo que nunca hemos defraudado ni a Córdoba ni a la gente que ha apostado por nosotros.
 -¿Ha habido contactos con la actual empresa arrendataria de Los Califas para la presencia de José Luis Torres en el abono cordobés?.
-Hasta hace pocas fechas sí que ha habido contactos ya que se tenía interés por confeccionar un cartel con toreros y ganaderías de la tierra, pero finalmente, por unas razones y otras, no ha cuajado la idea. Nosotros lo único que podemos hacer es estar preparados para que cuando llegue la oportunidad no defraudarlos, ya que pueden estar seguros de que lo daremos todo.
 -¿Qué espera de la tarde de mañana en Montoro, que supone su regreso a una plaza de la provincia en esta nueva etapa profesional?.
-Afronto todos los compromisos como si fuera el último, pero no puedo olvidar que el de mañana es mi regreso a la provincia en esta nueva etapa, por lo que la responsabilidad es doble, ya que soy consciente de que los triunfos conseguidos durante la pasada temporada han levantado mucha curiosidad e interés entre los aficionados, que se desplazarán a Montoro para constatar esa regularidad.
Por otra parte, estoy seguro de que las cosas saldrán bien, porque me encuentro en un momento muy bueno, por lo que quiero aprovechar la ocasión para invitar a todo el mundo a que se desplace a Montoro, porque creo que será una tarde muy bonita.

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