miércoles, 3 de diciembre de 2008

CABRA Y LUCENA, EN EL AIRE

El otoño taurino en la Subbética está siendo tan gris como el tiempo. Nos llegan coletazos de movimientos desde distintos puntos de la geografía comarcal, pero ninguno se confirma, algo preocupante, porque los días pasan y como el que no quiere la cosa, pronto estaremos en el 2009.

De Cabra me llegan malas vibraciones. Tras el fiasco de temporada y los problemas que surgieron para la celebración del festejo anunciado en la pasada Feria Real, la empresa ha puesto pies en polvorosa y la sociedad propietaria anda de negociaciones para garantizar que el año que viene los toros vuelvan al coso egabrense. Se barajan varios nombres, entre ellos el de Paco Barba, pero como he comentado anteriormente, sólo son especulaciones. Lo que sí está claro es que la empresa que regentó la plaza este año, no seguirá otro más como así figuraba en el contrato de arrendamiento. Sobran los comentarios.

El caso de Lucena es, tal vez, más peliagudo. La sociedad propietaria y el propio González de Caldas no están contentos. Los primeros por los carteles que el responsable de Taurotoro ha presentando durante la pasada temporada, calificados por los propietarios como "repetitivos". Por su parte, José María González de Caldas, que comenzó a gestionar Los Donceles el 16 de julio de 2006, organizando desde esa fecha dieciocho festejos –dos de ellos suspendidos por la lluvia-, parece ser que tampoco está muy contento con el desarrollo de la temporada en Lucena, sobre todo en lo que a la respuesta del público se refiere, de ahí que la rescisión del contrato, del que aún restaba un año, pueda producirse en los próximos días de mutuo acuerdo. Por lo tanto, culebrón al canto y veremos a ver quién es el valiente que se pone delante de este toro.

Y de Priego...¡¡Ay mi Priego!!. Las obras de rehabilitación de la plaza siguen con su ritmo cansino, desesperante, y los conatos de creación de una plataforma de aficionados que impulsaran al Consistorio a tomar medidas urgentes para acelerar las obras, parece que han quedado en eso, en conatos.

Así que con Cabra y Lucena en el aire y Priego pasito a pasito en la rehabilitación de su plaza, el otoño taurino se consume en la Subbética, entre recuerdos de la temporada pasada y el anhelo de los primeros festejos de la próxima primavera.

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